miércoles, 14 de diciembre de 2011

Días de naranjas

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De pequeña comía naranjas de la siguiente manera: les hacía un agujero con el

cuchillo y les chupaba el zumo. Una vez consumido destripaba la fruta y comía

los gajos masacrados.



Era un placer.



Una delicia ir saboreando la naranja mientras corría con mis amigos por la calle

de mi barrio donde jugábamos al fútbol y al escondite.

El olor de la naranja impregnaba mis manos, mi cara, mi camiseta. Mis dedos se

volvían pegajosos. Para limpiarlos, íbamos hasta el grifo del jardín de mi casa,

 nos lavábamos, bebíamos agua y seguíamos jugando hasta tarde.

Siempre intervenía alguna madre para darnos más comida o hacernos volver a casa.



Ahora no como naranjas.

Me gusta verlas -olerlas- en mi casa, en la de los otros, en la frutería.



Mi actual placer naranjil es contemplar a mi hija disfrutándolas, pringándose

con su carne, manchando de zumo los muebles, los libros.. Dejando las huellas

de su universo niño en objetos profundamente adultos.


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5 comentarios:

Anónimo dijo...

toda una generación estaría encantada de leer ésto remiténdonos a la infancia naranja !por algo el naranja es el color de la creatividad .una naranja da mucho de sí!qué rico!

Anónimo dijo...

como dijo mi homónimo anónimo ,lo firmo y confirmo .besos carla

David dijo...

Me encanta como plasmas lo cotidiano, haces que suene familiar.
Gracias Dinorah, un abrazo

din dijo...

¡Gracias por los comentarios! La verdad es que después de escribir este texto me sentí muy feliz.Me vinieron recuerdos bonitos, de la infancia, de niños, de mis amigos sentados en la vereda chupando sus naranjitas o corriendo contentos tras la pelota de fútbol.

Lo que llega a dar de sí una naranja es increíble.

Abrazos Carla.
Abrazos David.

Gracias.

Basiliskus dijo...

Muy bonito...
Y al mismo tiempo me resulta un poco triste. Creo que me contentaría un poco más el imaginar que Dinorah las sigues comiendo del mismo modo de vez en cuando, pero entiendo tu postura.
Jeh, en lo que cabe y dentro de lo bonito sí me alegro de que tu retoño las siga comiendo y tú seas quien la contemple, pero sobre todo que coma frutas naturales. Digo, ahora hay fanta y otras veinte marcas diferentes de refrescos y jugos y demás.

Gracias por seguir compartiendo tu universo con los anónimos y conocidos lectores y admiradores de tus obras.

Un saludo muy fresco desde las tierras con más autistas y fóbicos sociales, hehe.

Gracias