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Por
aquel entonces él vivía en mi ciudad natal. Yo no lo sabía. De
haberlo sabido hubiera buscado su rumbo, propiciado un encuentro.
También es cierto que por aquellos días mi pensamiento caminaba por
otros derroteros, mis intereses eran otros, veía la vida de otra
manera. Es en este ahora mío que sería posible una cita, un
intercambio de ideas y visiones con este hombre. Pero ya es tarde.
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8 comentarios:
El efecto del Sr B.?
Jajaja... Me temo que no. Creo que pensaba en el Sr. L.
Ah mirá, hubiese jurado.
Aunque bien pensado -y reflexionado- también tiene que ver. Hay una relación espiritual, si se quiere. No estabas errado. Ni un poquito.
¡Que terrible! ¡Que lugar común tan terrible! Caramba. Creo poder sentir ese pesar, ese "Pero ya es tarde".
Vale, nos estamos leyendo, aunque por mail.
Un abrazo cósmico y lleno de buenas vibras hippientas lisérgicas, Dinorah.
Gracias por tus palabras, por tu blog. Por este rinconcito de magia y paz.
Murió?
Un abrazo cascabelero.
Eva
Murió, sí. En cierta manera. En otra, sigue vivo en sus libros.
Me alegra leerte.
Abrazo de brotes verdes.
En este caso no me parece terrible lo tardío del asunto. Me parece que es lo que es sin más.
Me gusta enterarme de cuál es la lectura que otros pueden hacer de esto que he escrito. Como si no lo hubiera escrito yo, como si lo estuviera leyendo a través de los ojos de otro.
Un abrazo, Basiliskus!
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