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Y
bien, así están las cosas. Verano caluroso, paisaje seco, playa a
lo lejos. Por lo menos, eso es lo que se ve hacia afuera. Ese hacia
afuera de sacar la mirada del universo propio y atreverse a mirar a
lo lejos -un movimiento nuevo que he aprendido hace unas horas-.
Mirar a lo lejos: levantar la vista del suelo, elevarla, y lanzar la
mirada como quien envía una piedra hacia el futuro. Mirar, quedarse
ahí plantada mirando. Y sintiendo.
También
he aprendido -hace unas horas- a girar los ojos de adentro hacia
afuera. Generalmente los tengo metidos hacia atrás, observando de
cerca las entrañas. Ahora puedo girarlos hacia adelante y quedarme
mirando el presente de frente. El movimiento aún no me sale limpio
del todo, aunque ya se intuye en él algo así como un ímpetu que
presagia muchos éxitos.
En
eso andamos.
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2 comentarios:
¡Y pronto lograrás que tus ojos se muevan cada uno en una dirección distinta y podrás ver en ambas direcciones sin confusión... mientras no se te muevan involuntariamente así como te digo, todo está bien ¡Haha!
¡Ánimo, Camaleona! ¡Ánimo! ¡Yeh!
A eso quiero llegar!
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