Insomnio
.
Escribir
o no escribir
Dormir,
despertar, dormir...
Despabilarse
o no despabilarse
Bajo
la ducha en la mañana, temprano...
Café
o no café
Croissant
o no croissant
(Un
croissant con chocolate, por favor. Gracias. Sí, la leche del café,
caliente
-y
sonrío-. Me sumerjo en una revista frívola. Leo, me río. Pasan
minutos en otro mundo, en otra historia, en un tiempo muy, muy
lejano, en un reino en otro lugar que no es aquí ni es allá y ni
siquiera es... ¿O sí?).
Volver
o no volver
Pensar
o no pensar
Hablar
o no hablar
(Un
cortado y un croissant de mantequilla, por favor. Gracias. Sí, el
cortado en taza, caliente -y más sonrisa-. Una revista de moda y
cotilleos: me la devoro. Abro una puerta dentro del castillo donde
vive la princesa de ese reino perdido. Está dormida. Y no quiere
despertar. Han venido príncipes de todos lados, a cuál más guapo y
buen amante. Ella no abre los ojos y sonríe en sueños. Creo que
sueña con un príncipe fogoso y con corceles briosos. La dejo en su
sueño. Cierro la puerta; no quiero herir la intimidad de nadie).
¿Mi
vida es una herida absurda o
es
una absurda vida herida?
¿Volver
con la frente marchita o
marchita
volver con la frente?
Tantas
dudas...
Dudar
o no dudar
Buscar
o no buscar
Encontrar
o no encontrar
Dat
is de cuestions
(Pero
un día llegó un príncipe intrépido. Abrió la puerta de la
habitación con energía. Tiró con fuerza de la sábana donde dormía
la doncella y ésta cayó al suelo con estrépito. Entonces él le
dijo: “Señora, levantaos. Que habéis dicho que queríais vivir y
así dormida no cumpliréis vuestra palabra”. Ella se levantó;
estaba un poco magullada y asombrada por haber sido tratada de esa
guisa. Pero como el hombre le hizo recordar su palabra, se sintió
agradecida. Y viva. Después se aparearon,se tomaron el uno al otro,
tuvieron hijos, hicieron florecer el reino y vivieron felices por
siempre jamás. Y aquí termina el cuento).
.
2 comentarios:
ō__Ó ...
Vaya, vaya, ¿qué acabo de leer?, ¡¿y luego de quién?!
Caramba, y uno que está acostumbrado a la Dinorah templada, maestra Zen, la dueña de sí misma y de las realidades...
Me resulta extraño leer algo sore "fogosidad" y de los deseos lascivos de la princesa, de satisfacer sus apetitos de vida. Eso y las dudas, la incertidumre, el desgano, los sentimientos encontrados. Todo eso, todo. Pero de algún modo, no deja de resultar atractiva la lectura. Disfrutable, rica, sabrosa. Proyectas muchas cosas de una manera tan sencilla. Jehehe... Después de todo lo sufí, lo zen y lo loca no se te quita, Maestra Jadmashiana =D.
Gracias por el texto, Din.
Un fuerte abrazo y ahora a seguirte leyendo que hoy fue día libre y lo estoy disfrutando =D.
Pasa que la princesa fue la que me dictó todo esto mientras estaba tomando mi café con leche. En ese momento creo que leía una revista muy profunda -que se llama "¡Hola!"- y no podía escuchar muy bien lo que la princesa me dictaba. Así que tuve que escribir en medio de un mar de dudas, mientras se me escapaba el chocolate, ya derretido, del croissant, por la comisura de mis labios. Un momento duro, muy alejado del zen. Cercano al tantra? No lo sé. Es una pregunta que se la dejo a la princesa. Tal vez ella tenga la respuesta.
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