. for Violet
Y eso
es muy desagradable. Así que rompo todo con tal de no aborrecerme.
Me viene un pronto rebelde: pelo alborotado, colmillos al aire. Salgo
a la calle, pateo contenedores. Y hago lo que más me gusta: compro
bombillas eléctricas de esas que ahora están prohibidas -las de
toda la vida, digo-. Las compro en el mercado negro por pura
rebeldía. Salgo con mi botín escondido en mi mochila y rebuzno a
todo aquel que me mire con cara de burgués piadoso. Canto, grito, y
río. Río todo lo que puedo hasta hartarme de tanta risa, hasta
sentir que estoy a punto de morir por reír tanto. Me calmo. Regreso
a mi casa para cambiar las horrendas bombillas de bajo consumo que
aún me quedan por las hermosas y antiguas de toda la vida. Después,
enciendo velas y me da por comer sushi, tan relajadamente, tan metida
en mí, que enternece.
Podría
decir palabrotas, escupir desde el balcón hacia la calle, gritar
improperios. Solo que ya no me aborrezco, así que no hago nada de
eso. Lo dejo como idea para otra ocasión. Reconciliada conmigo
misma, recojo mi energía y me voy a dormir.
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1 comentario:
qué diver tu aburrimiento!!!
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