sábado, 15 de septiembre de 2012

Delirio doméstico

.

Tanto tiempo sin verte...¿Por dónde te metiste? ¿Dónde anduviste? Vení, contame. ¿Cómo estás?¿Qué hacés? Contame qué es de tu vida. ¿Estudiás? ¿Trabajás? ¿Estudiás y trabajás? ¡Ah! ¡¿no?! ¿Qué? Te dedicás a la vagancia... Es eso. Vivís de tus padres, en la casa de ellos, ¿eh? ¿No? ¿Dónde vivís? ¿De verdad me decís que en cualquier parte? Pero es imposible, ¿cómo que vivís en cualquier parte?... siempre con tu humor... Porque, digo yo, serás normal como todos, ¿no? ¡Ah! ¡¿no?! Mirá vos... no sos normal. ¡Qué raro! Yo siempre te vi normal. Es verdad que ahora hacía tiempo que no te veía. Pero vos ibas para genio, por lo menos de abogado para arriba. Todos decíamos en la facultad que vos eras tan inteligente y estabas tan pasado de inteligencia que parecías bobo. ¡Qué risa! Bueno, no me mires así. Era un chiste que circulaba por la facu. Entonces ¿sos abogado? ¡No! ¿Y qué sos? ¿Físico nuclear? ¿Qué sos? No me contestás... Mirá que sos rarito. Me estás tomando el pelo. ¿Por qué me mirás así? Me estás dando miedo. Bueeeno, un gusto haberte visto. Eh... me voy. Eh... dale saludos a tu mujer, porque... tenés mujer ¿verdad? No, ya me lo imaginaba. Bueno, eh... hasta pronto. Qué seas feliz. Un gusto verte, pibe. Chau.


.

No hay comentarios: