viernes, 31 de agosto de 2012

El cajón del pan

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Cuando me asomo al cajón del pan, huelo a masa, a bizcocho. El olor me lleva muy lejos. Viajo al armario donde mi abuela guardaba el tarro de las galletitas. Todo se va armando con exactitud: armario, tarro, galletas -las saboreo-, abuela. Mi abuela... Cierto día de verano y mi abuela, con su vestidito azul, abriendo el lugar de las galletas...

Me quedo confusa: no sé si estoy en un recuerdo o en un salto absoluto en el tiempo. Da igual, es un momento hermoso para mí.

Veo a mi abuela; la siento; vuelvo a estar a su lado comiendo esas galletas. Solo que cuando estoy ahí, mi mirada hacia ella es distinta. Es mi mirada de niña con esta conciencia de ahora.

Me quedo a su lado, comiendo en silencio, la miro, le toco el vestido, escucho su voz. Estar así con ella me gusta. La echo de menos.


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