1)
Golpeo tres veces a tu puerta
una, dos, tres.
Tres llamadas.
Tres esperas.
Llamo a tu puerta invocándote
como si tu fueras
dos seres separados.
Eres uno, con dos formas.
Estoy esperando
ante esa puerta inmensa.
Mientras espero
reflexiono,
camino -entre impaciente y tímida-,
me abro a recuerdos,
exploro el presente, el pasado, el futuro.
¿Me abrirás?
Esta es la pregunta incesante.
Mi cuerpo entero dice:
¡Sí!
Me siento en la hierba
-aquí, ante tu puerta-
apoyo mis manos en la tierra.
Desde dentro, una canción mía,
muy mía,
me empieza a cantar.
Cantada por la canción,
mecida por la melodía,
cierro los ojos
y ahí me quedo
tranquila, como perra vieja,
concentrada en la belleza.
Ya no hay espera,
solo hay viaje.
Un viaje que dura
segundos, un mar,
dos plantas, cuatro universos,
ocho vacas y tres ovillos también.
El contacto con la lana roja
me despierta del canto:
ya estoy dentro de tu casa
….....
… Y es una casa hermosa.
........
2)
Me atravesaste con tu canto
¡Pobre Dinorah!
Tendida sobre la hierba verde
atravesada por tu canto...
¡Pobre Dinorah!
Desangrándose en rubíes
sonoros.
.
2 comentarios:
hermosa casa
y hermoso canto
y sus rubíes
Hermosa tú.
Muchas gracias.
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