domingo, 23 de enero de 2011

Pensamiento viajero

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Me estoy yendo. Me voy. Abandono el pastizal lleno de patos y de garzas. Abandono los árboles a lo lejos y el mar cercano, siempre al otro lado. Dejo atrás los sonidos de las aves, los cielos infinitos, los encuentros tempranos con el abuelo sol.

Camino hacia otro firmamento, hacia otras noticias, otros pensamientos, otros paisajes.
Me siento planta: mi raíz está aquí, mis hojas en el resto del mundo. Me siento viento que gira, que va, que viene.

Un ser humano viajero que nunca se despide del todo.


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4 comentarios:

violetafotos dijo...

y en el que le esperan en otros lugares con muchísima ilusión!! Esa suerte no la tiene todo viajero. Les pasa a los viajeros como tú, los que plantan amor allá por donde pasan.
!Qué ganas tengo de verte!

Andrea Rur dijo...

Porque quien viaja, se va con su amor dondequiera que esté.
Esa es la suerte que hemos tenido quienes contamos con tu dulce presencia, aquí por las tierras del sur.
Hasta pronto, amiga!

Basiliskus dijo...

Muy profundo.
Lo que más me gusta de todo el texto es aquello de "patos". Son buena onda y bien locos.
Hay algo de tristeza por cierto, pero pues así es, uno nunca se despide del todo, algún día nos veremos, quizá en otras formas, otros tiempos y lugares, y así será.
Por otro lado, lo del concepto de "abuelo- sol" jamás se me había ocurrido.
Siempre que el Padre sol, pero abuelito sol se escucha más amoroso, más fraternal, más paternal incluso =D!
Me da más gusto leerte Dinorah! =)
Supongo que con esta prosa poética das de paso a entender que dejaste Montevideo, ¿o no?
Volviste a Ezshpaña eh, maja? Oléeee, saludos a los Venancios, hehe!

din dijo...

Sí! Ya estoy en Barcelona desde hace casi un mes... Invierno por aquí....

Saludaré de tu parte a los Venancios esos.