lunes, 22 de febrero de 2016

Los unos y los otros

.


Uno que abandona el camino
del bien, por cansancio de
bondad, y se pasa al otro
lado.

Otro que se asoma a una
oscuridad impenetrable y
siente miedo.

Uno que se pierde en un
rebaño blanco, blanco.

Un hilo dorado, fino y
suave, que se rompe.

Una que se arroja a un
torrente caudaloso y es
arrastrada
por sus aguas.

Otra que reniega de sí.

Una que sufre silenciosamente
y sin embargo sonríe.

Un hilo, dorado,
fino
y suave que
se rompe.

Un hilo enredado.
Un ovillo hecho rastas.


.

1 comentario:

Fernanda Sandoval dijo...

Dos, porque nadie se basta a sí por completo.