martes, 2 de septiembre de 2014

Madrugada

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Ya termina esto. Falta poco. Apenas unas cuantas palabras, dos carillas. Sin embargo hoy no estoy capacitada para acabarlo. Lo dejo en suspenso; dando vueltas como un planeta, una peonza, un recuerdo, un sueño recurrente. Colgado del cansancio, del deseo perdido, de la apatía engañosa. Me doy un margen de tiempo inexistente para pensar, tal vez para sentir o tomar una decisión, por ejemplo. Apago la luz. Es noche tardía, calor, verano y entre las sombras aúllan mil perros.

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