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Dame una casa para vivir,
un lugar tranquilo, más bien pequeño, soleado, acogedor.
Dame una casa con raíces
colgando del techo, tejas de musgo, enredaderas cubriendo muros.
Piedra oculta en lo verde.
Dame una hoguera exterior,
con fuego y roca, silvestre. Fuego para cantar en los atardeceres;
ocasionalmente, en los amaneceres.
Nada más. Deja que yo me
encargue del resto: te habitaré, sanaré, cuidaré. Seré tu madre,
tu hermana, tu padre -de vez en cuando-. Le daré fuerza a tu voz,
alas a tu anhelo. Te dejaré ser.
Y te contaré todos los
cuentos de libertad que me pides. Esos y muchos más, hasta que
aprendas.
-¿Las dos partes están
de acuerdo?- dice el abogado.
-Sí -contestan las dos
partes-.
-Entonces, pasamos a las
firmas.
Las dos partes garabatean
símbolos y todo queda asumido.
Asunto zanjado.
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2 comentarios:
me encanta y me inspira y pongo en comunicación mis dos partes para que también firmen el acuerdo
Jajaja!!! Es época de firmar contratos, según parece.
beso peregrino pa' usted y sus dos partes.
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