martes, 7 de agosto de 2012

Desde el bar

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1- a través de esta ventana percibo otros mundos


Mirar por la ventana/ del bar./Adentro/ suena una música./ Afuera/ pasos cansados/ de verano/ emociones sofocantes./ Mirar por la ventana/ del bar./ Adentro/ ya no hay música./ Afuera/ el bastón, la vejez.../ Un repentino silencio/ en un punto del estío/ ciudadano./

Y me quedo a medias de estas letras, porque una mujer -pelo amarillo- fotografía el bar,
la ventana,
el árbol,
y paso a formar parte/ de un paisaje/ detenido.


2-


De pronto recuerdo: soy joven,
aunque no tengo veinte años.



3- la sagrada familia está en barcelona



Por la calle pasean la virgen María, san José y el niño Jesús. Intentando pasar desapercibidos van a la moda turista, como vistiendo disfraces de gente. María y José parecen suecos, en cambio el niño Jesús es andaluz. Huyen del reconocimiento público, de las peticiones de autógrafos, de los rezos veraniegos.

Su plan es perfecto, aunque no contaban con mi visión de las cosas. Los he reconocido. A pesar de mi discreción -no muevo un músculo, no digo nada- ellos parecen incomodarse... ¡Qué le vamos a hacer, hermano! Hay que asumir: los he visto. La vida en esta dimensión es así, hay que acostumbrarse y responsabilizarse por lo que se hace. No queda otra.



4- impresionante



Ha entrado el galán Gian Carlo Giannini. Viste traje de lino beige, camisa blanca. Con su mirada seductora piropea a todas las mujeres del bar. Todas las mujeres sabemos que en realidad se piropea a sí mismo. Atraído por su aura, un hombre de camiseta a rayas entra en el bar. Se sienta a la barra, pide café. Gian Carlo Giannini, café con hielo en mano, se acomoda en una mesa frente a la mía. Actitud lánguida, teléfono en mano, habla. Misteriosamente. Habla.

Por la calle pasan dos mujeres con flores. Unos segundos más tarde, pasa otra, con margaritas en las manos. Creo que este influjo floral también se debe al aura del galán, que llena todo el espacio. Un lujo presenciar este espectáculo.

El hombre de la camiseta a rayas sale del bar. Me mira a través de la ventana. ¿Porqué?- pienso-. También saca su teléfono, llama. Suena música brasileña, adentro. Aumenta el tráfico en la calle, afuera. La temperatura no sube, por suerte.

De la Sagrada Familia ni rastro. Aunque todos sabemos que sigue en obras.



5- sagrada familia: el retorno.



María y José, para despistarme, vuelven a pasar disfrazados de matrimonio mayor, aunque elegante. El niño Jesús camina delante de ellos con sus gafas de sol y su aspecto andaluz. Se ve que le gusta el atuendo.

Mirándoles pienso que deben estar cumpliendo una misión especial por esta zona de la ciudad.



6- coreografía callejera



Wonder woman en patinete entra en el callejón. Mientras va entrando, tres chicas con gafas llegan juntas a la esquina, se detienen y miran a lo lejos durante unos instantes; después siguen su camino. Ahora irrumpe un grupo de mujeres asiáticas, muchas, que caminan comiendo pastel en platos de plástico desechable. Mientras van desapareciendo del escenario de mi vista, una viejecita cruza la calle y se dispone a conducir su coche rojo. Enfrente, otra abanica un vientecito violeta. Por el callejón viene un hombre joven con camiseta negra leyendo un periódico. Coincide en la esquina con otro hombre, maduro, de camiseta negra, que camina leyendo un periódico.

Adentro, en el bar, suena una pieza de jazz.




7- impresionante



Gian Carlo Giannini abandona el bar. Se va. Abatido por la llamada telefónica. Sin duda es un héroe romántico. Se va llevándose consigo las luces del día. Qué aura, qué carisma, qué traje, qué camisa... qué hombre.



… … ..




Y de pronto decido partir -no sé si a causa del aura del galán-. Me esperan en otro lado, tren mediante, más allá de la ciudad. Recojo mis cosas despidiéndome del espacio. Pago el café, el croissant, el momento de inspiración, la música. Me voy.

Hasta luego y muchas gracias.


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