sábado, 20 de enero de 2007

En medio de aquella tarde, la estufa sin leña...

Aquella tarde, como casi siempre, no llovió: el clima cambia.
Es invierno.
Hace calor.

Me senté cómodamente en el espacio íntimo de la sincronía, mirando tu foto, aunque no pude entrar en nostalgia.

Es que...es invierno...
...Y hace calor.

Observando tu retrato de anciano hermoso percibí tu tristeza,
tu miedo,
tu rabia.

Así que le escribí una oración a tu niño interno
y la recé despacio, sin nostalgia,
y ese ser silencioso que me habita me dictó una carta
y te la envié a través de un saludo desde el alma.

Ojalá te haya llegado,
y me respondas a través de mis sueños
y me cuentes esas historias terroríficas y nauseabundas
que tanto me hacen reír...

Ya lo sabes tú: invierno caluroso, invierno sin cuentos.
En medio de aquella tarde, estoy esperando tu manojito de palabras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

precioso, los vellos de punta.